Badajoz
Conoce Badajoz
Antes de iniciar cualquier modalidad de las visitas guiadas en Badajoz queremos contarte un poco para que conozcas esta bella ciudad fronteriza.
La ciudad de Badajoz forma parte de la comarca de Los Baldíos, en el extremo nororiental de la comunidad autónoma extremeña.
La comarca se encuentra en la frontera entre España y Portugal, y la orografía viene marcada por el paso de los ríos Gévora y Guadiana.
El territorio que ocupa actualmente Badajoz ha sido testigo del paso de muchas culturas y diferentes pobladores a lo largo del tiempo.
Pero la ciudad que conocemos hoy en día se fundó en el año 875 por el muladí emeritense Ibn Marwan al-Chilliqui. Durante esta época árabe Badajoz recibía el nombre de Batalyaus o Batalyaws.
La Alcazaba
La parte más antigua de la ciudad está en la zona de la Alcazaba árabe que se levanta sobre el Cerro de la Muela, a 60 metros sobre el nivel del mar.
La Alcazaba de Badajoz, Monumento Histórico-Artístico, es un recinto oval amurallado, adaptado a la forma del cerro sobre el que se asienta. Tiene la estructura defensiva típica de la época: sólidas murallas, torres defensivas llamadas albarranas (situadas en el exterior de la muralla) y un recinto interior en el que se situaba la ciudad original.
Se la considera una de las alcazabas más importantes de España por sus dimensiones y estado de conservación.
Cabe destacar la Torre de Espantaperros (o Torre de la Atalaya), uno de los símbolos de la ciudad de Badajoz, que sirvió de modelo (medio siglo después) para la construcción de la Torre del Oro de Sevilla.
En el interior de la fortaleza se encuentra el Palacio de los Condes de la Roca, del siglo XVI, convertido en la actualidad en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz.
Saliendo de la Alcazaba por la Puerta del Capitel nos encontramos en el punto de unión de la Plaza de San José con la Plaza Alta. Una zona que ha sido recuperada y puesta en valor en los últimos años.
Otros monumentos
En la parte baja de la Plaza de San José se encuentra el edificio del Convento de las Madres Adoratrices, de estilo neogótico, construido a principios del siglo XX.
La Plaza Alta forma parte del alma de Badajoz y ha resurgido de sus cenizas tras un período de abandono, para volver a convertirse en referente de la vida de los pacenses. Aquí se celebra el mercado árabe durante la fiesta fundacional de la ciudad de Badajoz, Almossassa Batalyaws, que se celebra a finales de septiembre.
Desde la Plaza Alta podemos bajar dando un paseo hacia la zona centro, la parte comercial de Badajoz.
Bajamos por ejemplo por la calle San Pedro de Alcántara y nos encontramos a la izquierda con la Plaza de Santa María, en la que se encuentra el Museo de la Ciudad de Badajoz, ‘Luis de Morales’. A la derecha de San Pedro de Alcántara está la Iglesia de San Agustín, del siglo XV.
Seguimos bajando por San Pedro de Alcántara y nos encontraremos con dos edificios representativos de la ciudad: la Ermita de la Soledad y La Giraldilla (la Giralda de Badajoz).
Plaza de la Soledad
El edificio original de la Ermita de la Soledad fue construido a mediados del siglo XVII. Durante la Guerra de la Independencia la ciudad de Badajoz fue sitiada por las tropas francesas, y la ermita recibe el impacto de la artillería. Más de un siglo después, el mal estado del edificio aconsejó su demolición y la construcción de la nueva ermita, cuya capilla se inaugura en 1935.
En la ermita se guarda la imagen de la Virgen de la Soledad, patrona de Badajoz.
Y justo al lado de la ermita se encuentra un edificio realmente pintoresco, conocido como La Giraldilla o La Giralda de Badajoz, que fue construido a mediados del siglo XX para albergar los ya desaparecidos Almacenes La Giralda.
Entramos poco a poco en la zona de tiendas, que tiene su referente en la calle Menacho y paralelas. Podemos aprovechar para hacer algunas compras.
Desde la Plaza de la Soledad podemos pasar a la Plaza de España, para visitar otro de los edificios representativos de Badajoz: la Catedral.
La Catedral
Uno de los elementos característicos de la Catedral de Badajoz es su aspecto de fortaleza, que se explica por el hecho de que se comenzó a construir fuera del recinto amurallado de la Alcazaba, en la zona del Campo de San Juan, que en la actualidad es el centro comercial de la ciudad.
El cuerpo de la iglesia se construye entre la segunda mitad del siglo XIII y finales del XIV. Un período de tiempo muy grande, que se debe a una serie de factores como la pobreza económica, la relativamente escasa población con la que debió contar la ciudad, la inexistencia de una burguesía rica o la sucesión en la sede episcopal que podría retardar los planes o incluso cambiarlos.
El estilo sobrio del exterior de la Catedral de Badajoz combina sin embargo con un interior lleno de riquezas. Un paseo por este edificio permite disfrutar de obras de arte de distintos siglos a lo largo de sus capillas.
Algunos ejemplos son la pila bautismal de alabastro con copa torsa y cordón decorativo en el borde, correspondiente al siglo XVI, una talla de Santa Bárbara del siglo XVIII atribuida a Francisco Ruiz Amador o un relieve en alabastro de la ‘Virgen con el Niño’. Todo ello fue encargado por el propietario de la capilla don Lorenzo Suárez de Figueroa y que se trata de una obra del renacimiento italiano del siglo XV atribuida a Desiderio de Settignano.
La plaza de España
La Plaza de España puede ser un buen sitio para tomar un aperitivo en alguna de las terrazas (si el tiempo lo permite) o también podemos dirigirnos al Paseo de San Francisco, junto al que se encuentra el Teatro López de Ayala, referente de la vida cultural de Badajoz.
Todos estos puntos de interés se encuentran dentro del recinto abaluartado, el perímetro defensivo construido a mediados del siglo XVII, dentro del cual se encontraba toda la ciudad hasta principios del siglo XX. Es lo que se conoce como Casco Antiguo de Badajoz.
Si tenemos tiempo podemos planificar una ruta para descubrir los baluartes que quedan en pie de esta fortificación abaluartada de Badajoz. Incluyendo la Puerta de Palmas y el Puente de Palmas, así como el Fuerte de San Cristóbal, desde el que podremos contemplar unas bonitas vistas de la Alcazaba.
El crecimiento de la ciudad a lo largo del siglo XX ha sido imparable y como es lógico hay muchos puntos de interés que no se recogen en esta pequeña guía, que sólo pretende ser un aperitivo para despertar el interés del viajero.